Las relaciones exteriores de la Unión Europea. Desayuno europeo con Eneko Landáburu, director general de Relaciones Exteriores, Comisión Europea

El director general de Relaciones Exteriores de la UE hizo balance de la actividad exterior de la Unión Europea en el momento actual que, consideró, de transición, desde las Relaciones Exteriores centradas en asuntos económicos y comerciales hacia una verdadera política exterior. Destacó que el mundo percibe la identidad europea como modelo de referencia en democracia, seguridad, prosperidad e integración regional. Señaló que el impacto global de Europa, aunque de soft power, destaca por su liderazgo como socio comercial y primer donante en Ayuda al Desarrollo. Señaló, sin embargo, que la UE aún no es un actor político por las divisiones internas entre sus miembros y puso como ejemplo la guerra de Irak o el caso de Kosovo.
Señaló la importancia que tienen las innovaciones del Tratado de Lisboa para hacer avanzar la política exterior europea. La figura del alto representante fusionada con la del comisario de Relaciones Exteriores, y elevado a vicepresidente de la Comisión, dará coherencia vertical, para unificar criterios con otros comisarios (política comercial, cooperación, energía, etc.), y horizontal con la Política de Seguridad y Defensa. Además dará visibilidad a nivel ministerial. El nuevo servicio exterior contará con mejores medios, añadió.
Para recorrer el largo camino hacia una UE como actor global, demandó una mayor reflexión y análisis de los líderes europeos sobre las prioridades y estrategias a seguir. Cree que aunque lo ideal sería avanzar en la comunitarización, las cooperaciones reforzadas, las vanguardias de los países que quieran avanzar son una solución intermedia.
En referencia a la actualidad de la cumbre de jefes de Estado, protagonizada por el proyecto de Unión para el Mediterráneo con el que Sarkozy quería relanzar las relaciones con los vecinos del sur y que, finalmente ha acabado siendo integrada en el Proceso de Barcelona por la oposición de Alemania, Landáburu señaló que la Comisión aceptaría toda iniciativa que creara valor añadido a las estructuras existentes (Política de Vecindad y Proceso de Barcelona). Despejando cualquier duda sobre las diferencias de la Comisión con las iniciativas de líder francés, observó que Sarkozy es más europeísta que Chirac.
El director de Relaciones Exteriores también reflexionó sobre los límites geográficos de la Unión aún imprecisos por la ambigüedad del proceso negociador de la adhesión de Turquía, a la que se opone Francia, tras haberla apoyado durante la presidencia de Chirac. Precisó que el país, puente con el mundo musulmán, ha hecho grandes progresos y que la Unión Europea debe realizar una profunda reflexión y mandar una respuesta más clara ante el grave riesgo real de que finalmente Turquía cumpla con todas las condiciones para la adhesión y, por decisión política, se rechace su adhesión. Ello causaría, en su opinión, una grave crisis no sólo con Turquía sino con el entorno regional. Añadió que si el contexto político no es favorable, se debería buscar alternativas sin descartar ninguna posibilidad (también la adhesión) en el futuro.

Finalmente, sobre las relaciones con Estados Unidos, defendió la profundización en las relaciones ya que, en su opinión, Europa comparte los mismos valores (defensa de la democracia, derechos humanos) pero, señaló que ello no impide a la UE poder disentir y tener diferencias con la política de la Administración estadounidense. Citó como ejemplo la distancia que separa a ambas orillas en la negociación sobre el uso de información para la lucha antiterrorista. Avanzó que de los tres candidatos, Hillary Clinton puede ser la mejor capacitada por su experiencia y conocimiento de los problemas internacionales.

Fuente: CIDOB, Centro de Investigación de Relaciones Internacionales y Desarrollo