El siete de mayo del 2010 se leyó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia la primera Tesis Doctoral sobre el Dr. Luis Calandre Ibañez: su vida y obra (reivindicación de una figura ilustre de la medicina murciana), cuyo autor es José Manuel Sebastián Raz, licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Zaragoza en 1967, y en la actualidad jubilado como médico titular desde febrero del 2007.
La tesis, que obtuvo la máxima calificación, está dirigida por el catedrático de Historia de la Medicina de la Universidad de Murcia Pedro Marset Campos. El tribunal estuvo presidido por Emilio Balaguer Periguel, e integrado además por José Miguel Sáez Gomez, como secretario, y los vocales Encarnación Bernal, Pedro Luis Moreno, y Rosa Ballester.
Nos cuenta el doctorando que el objetivo es «estudiar la figura del doctor Luis Calandre desde un punto de vista no solo biográfico, sino también, y sobre todo, analizando sus escritos y trabajos, en sus facetas como histólogo, cardiólogo, divulgador de temas médicos y gestor de servicios sanitarios, sin olvidar sus libros, los artículos de divulgación en prensa, gran parte de su correspondencia con familiares, amigos, colegas y extranjeros, así como discípulos, que componen un fondo documental importante, en posesión de la familia del doctor Calandre».
Se ha dividido el trabajo en capítulos correspondientes a sus distintas actividades, y tras hacer una amplia referencia, a la situación histórica científica y sanitaria de la época que le tocó vivir (1980-1961), se entra de lleno en el objeto del estudio.
Partiendo de que el objetivo general de la tesis es dar a conocer la figura de Luis Calandre y reivindicar el lugar que le corresponde en la historia de la ciencia española de la primera mitad del siglo XX, se desciende posteriormente a los objetivos específicos que en los párrafos anteriores hemos reseñado, seguidos de unas hipótesis.
La escuela de histología de Cajal
Se llega hacia el final de la tesis a formular once conclusiones ,de la que resaltamos la que deja totalmente demostrada la pertenencia de Luis Calandre Ibáñez a la Escuela de histología de Cajal, a través del doctor Nicolas Achúcarro, dentro de la Junta para Ampliación de Estudios (JAE), y sus Laboratorios situados en la Residencia de Estudiantes.
También queda totalmente demostrado que Calandre fue el introductor de la moderna cardiología en España, formándose con el Dr. Juan Madinaveitia, y que publicó numerosos artículos en la revista Archivos de Cardiología y Hematología que codirigió con el Dr Gustavo Pittaluga desde 1920 a 1936.
Una amplia bibliografía y fuentes cierran la tesis y unos anexos con una selección de los documentos principales de la dilatada obra y vida de Luís Calandre Ibáñez, llegando a tener el volumen casi 600 paginas.
Tuvo la suerte el doctor Calandre de vivir rodeado de un ambiente institucionista, con el gran pedagógo Giner de los Ríos, y ambiente científico con el gran Ramón y Cajal, de los que supo sacar muy buen provecho, formándose en universidades y laboratorios europeos, gracias a las pensiones (becas) de la JAE y posteriormente transmitiendo dichos conocimientos a sus discípulos. ¡Un verdadero espíritu europeo y de maestro!.
«Republicano antes de la República»
Como él mismo dijo «republicano de antes de la República», supo estar a la altura de las circunstancias, como queda demostrado en esta magnífica tesis, que, además de rigurosa y amena, es valiente, desvelando temas hasta ahora ‘tabus’ . Como la exitosa lucha antipalúdica llevada a cabo desde el Hospital de Carabineros situado en la Residencia de Estudiantes, institución en donde la Medicina fue siempre la protagonista, primero formando a miles de médicos con pensiones en el extranjero y en sus laboratorios científicos y luego, durante la guerra civil, curando a miles de milicianos infectados de una epidemia de malaria contraída en los frentes de Madrid.
Durante ese tiempo bélico se construyó por la II República un Refugio Antiaéreo para proteger a los enfermos palúdicos del Hospital y a los científicos de la JAE del frente popular que seguían trabajando durante toda la guerra. Dicho vestigio bélico de la arqueología militar se encuentra en el subsuelo de la actual Residencia de Estudiantes.
Y dado que el Dr.Calandre se estaba ocupando de la actividad en la Colina de los Chopos, (llamada así por su amigo Juan Ramón Jiménez) fue nombrado por el Gobierno Legítimo de la Republica, Subdelegado en Madrid de la JAE hasta final de la guerra civil.
Reconocer esto supone poner en entredicho la legalidad franquista, actualmente en vigor, por lo que dicha tesis es de máxima actualidad, dentro de la potente corriente en curso de la condena al franquismo y su impunidad, exigiendo la verdad, justicia y reparación para las víctimas del franquísimo y silenciadas por la Transición, como ha sido el caso del doctor Calandre y la propia Junta Para Ampliación de Estudios a la que tanto tiempo estuvo vinculado (1910-1939), y tanto quiso.
Finalmente, agradezco a la Universidad de Murcia que publicara esta primera tesis sobre mi abuelo, al Director que la dirigiera y especialmente al doctorando que la escribiera y además tuviera el detalle de dedicármela. Esto es un ejemplo de cómo el mundo académico se ha comprometido con temas de la sociedad civil, cosa que no ocurre muy a menudo, desgraciadamente.
Cristina Calandre Hoenigsfeld, Economista
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